La iluminación profesional es mucho más que encender unos proyectos, por eso hemos decidido escribir este post.
El buen tiempo y las vacaciones favorecen que se desarrollen todo tipo de eventos: culturales, conciertos, teatros, festivales… Para poder efectuarlos, el escenario tiene que componerse por todo el equipo audiovisual necesario para sorprender al público.
La iluminación del escenario será la clave para hacer una actuación enriquecedora. Las fuentes de luz y sus efectos, por ejemplo, las máquinas de humo, pueden crear imágenes impresionantes y una atmósfera inspiradora, tanto para los que ofrecen el espectáculo, como para los asistentes. Además, adecuar una temperatura de color estable y una alta luminosidad, son esenciales para conseguir el efecto que deseamos.
Los iluminadores profesionales sabrán que iluminar correctamente un concierto es mucho más que colocar estratégicamente los focos y encenderlos. Si se quiere ofrecer un espectáculo de 10, es imprescindible conocer la música para empezar a crear una idea de luz.
En los conciertos se suelen utilizar proyectores de tipo abierto. El humilde rockette, ligero y potente, las cegadoras y las baterías ACL son el paso básico para crear el ambiente.
Después llegan los proyectores móviles, los reyes del espectáculo. Encontramos dos modelos, el SPOT que es un perfilador capaz de proyectar gobos y siluetas, y el WASH que es un bañador de luz.
La aparición del Led ha revolucionado el mundo de la iluminación. Nos permite crear cabezas móviles capaces de cambiar de color, apertura de haz, dirección y ritmo en un solo punto.
Otro elemento esencial para una iluminación profesional con el que no habría show es el humo. Este es el efecto más importante para que los haces de luz se conviertan en un elemento gráfico. Por otro lado, también podemos encontrar otros efectos como el flash o strobo, las bolas de espejo, etc…
Todos estos cuerpos no podrían tener vida sin las mesas de control. Éstas son el cerebro de la instalación además de los dimmers.

Visualizadores junto con iluminación profesional

Gracias a los visualizadores, podemos llegar a crear el concierto de manera virtual: montar los complejos escenarios y simular los cambios de luces.
A todo esto, nos falta el elemento más imprescindible. Los iluminadores. Sin ellos, nada de todo esto tendría sentido. Ellos son los encargados de darle al ON y sorprender a los asistentes con una experiencia audiovisual. Ponen su toque, dirigen nuestra atención al punto previsto y desatan nuestras emociones.
Se apaga la luz y nos vamos a casa. En el camino revivimos todo lo que ha sucedido en el concierto. No nos acordaremos de las cabezas móviles o que tipo de proyectores se han utilizado, pero si de las sensaciones que nos ha producido el concierto y lenguaje de la puesta en escena.
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